¿Cuando y por qué contratar a un Project Manager freelance?
El puesto de Project Manager trasciende los sectores /verticales, siendo una buena incorporación para cualquiera. Ya sea una empresa de telecomunicaciones, una petroquímica, de TI, de construcción, etc., en un trabajo siempre tendrá una vertiente de las operaciones del día a día (BAU) y otra de proyecto (nuevas iniciativas).
Impulsar el valor a través de la simplicidad y la orientación al cliente
El Experto en Project Management es el que liderará el proyecto y equilibrará su trabajo en la delgada línea entre lo técnico (los repositorios de conocimiento específicos y los aspectos «duros» del enfoque de la empresa) y la estrategia, la dirección, la planificación y el esfuerzo por avanzar en un área en la que la empresa no tenía ninguna (o muy poca) experiencia previa a dicho proyecto.
Un Project Manager nunca tendrá más conocimientos fácticos o técnicos que los expertos locales, pero será capaz de reunir a todas las partes interesadas que estén o deban estar implicadas en el nuevo proyecto, asegurándose de que todo el mundo entiende el resultado final y cuál es su papel para conseguir este resultado. El Project Manager se asegurará de que se hable un lenguaje estándar dentro del equipo del proyecto, identificará el alcance claro del proyecto, dividirá el calendario en partes más pequeñas a entregar y asignará responsabilidades y tareas dentro del equipo.
Un Project Manager es el profesional que puede caminar fácilmente por la delgada línea entre el trabajo técnico y la estrategia, entre números y personas, además puede actuar como traductor entre las partes interesadas especializadas, mientras garantiza que el alcance claro y los trabajos a entregar se entienden, cumpliendo los plazos estrictamente
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Un Project Manager es la persona encargada de tomar las decisiones, sea cual sea la envergadura de estas. El project manager debe asegurarse de que controla el riesgo y minimiza la incertidumbre. Cada decisión que tome el project manager debe beneficiar directamente a su proyecto.
En resumen, el Project Manager gestionará el proyecto de principio a fin, como si se tratara de la gestión de una «start-up» asegurándose de que las personas, los recursos y las expectativas adecuadas son parte del proyecto. Al final del proyecto, la nueva iniciativa pasará a ser parte del BAU y, por ello, quedará fuera del ámbito de actuación del Project Manager, que garantizará una transición fluida del antiguo proyecto dentro de la organización, incluyendo la identificación del propietario/responsable y de todas las partes interesadas, así como el mapeo de los procesos requeridos.
Si consideramos que un proyecto nuevo es una especie de start-up interna, el PM será el CEO interino de la start-up.
Las competencias imprescindibles del Project Manager deben ser una combinación que incluya la capacidad de hacer preguntas perspicaces, detectar suposiciones sobrentendidas y resolver conflictos, así como competencias de gestión más generales.
La necesidad de contratar/utilizar a un PM no parece tan clara al principio, pero una vez que entendemos que una persona puede combinar las competencias técnicas requeridas para el proyecto específico con las habilidades sociales que son imprescindibles en la dirección de un equipo multifuncional hacia un nuevo ámbito, un nuevo resultado, está presente al azar en una organización, la necesidad es obvia y necesaria, ya que cada vez más empresas emprenden cambios basados en proyectos dentro de sus propias organizaciones.
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